PRIVACIDAD

Este oficio tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero lo que sí tiene es privacidad. Muchos de los que se suben a un taxi, se suben con algunos problemas personales y con falta de alguien que los escuche. Intentando afrontar los problemas y recibir alguna opinión. Y aquí estamos los taxistas como curas en el confesionario, para escuchar y callar las situaciones ajenas de las que te piden opinión, en algunas solo que los escuches, pues le sirve de desahogo.

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